Perú sigue bajo un clima de extrema tensión y una crisis política difícil de resolver. El número de muertos tras las protestas ascendió a cinco y se registraron más personas heridas. En las últimas horas del martes los manifestantes saquearon tiendas y vandalizaron los edificios del Ministerio Público, el Poder Judicial y el Banco de Crédito de Arequipa.

Miles de seguidores del mandatario destituido, Pedro Castillo, siguen reclamando en las calles de todo el país. Los manifestantes subieron la apuesta en las últimas horas y siguen luchando por la renuncia de Dina Boluarte, por la liberación del exjefe de Estado, la disolución del congreso y "elecciones ya", bajo este contexto, Perú continúa atravesado por un enorme estado de incertidumbre.

Las protestas se concentran en varios puntos de las regiones del sur, lugar donde se asienta el bastión electoral de Castillo.

Según revelaron informes de la policía hay una planificada infiltración de personas con antecedentes por terrorismo y azuzadores profesionales en las marchas en el centro de Lima y en la Panamericana Sur.

Durante el martes, los conflictos se intensificaron en Arequipa, cuando un grupo de manifestantes incendió la sede del Ministerio Público, mientras tiraban piedras y palos, al grito de "el pueblo unido jamás será vencido". De la misma forma, en la calle Mercaderes se registraron tiendas con vidrios rotos, personas saqueando los comercios y el personal de los comercios cerrando con urgencia sus locales.

Represión y muertes en Perú tras el golpe contra el Presidente Castillo

A su vez, el local del Banco de Crédito (BCP) también sufrió las consecuencias de este tipo de manifestaciones violentas.

Entre el domingo y el lunes los protestantes tomaron los aeropuertos de Andahuaylas, en la región surandina de Apurímac; y el de Arequipa. Ambas terminales aéreas estuvieron en manos de simpatizantes de Castillo hasta que fueron desalojados por las fuerzas de seguridad. En los enfrentamientos murieron al menos cinco personas y decenas resultaron heridas.

Bajo este escenario de violencia y crisis política, Boluarte busca desesperadamente construir legitimidad, quien tiene el mandato hasta 2026. A pesar de que realizó un llamado para anticipar las elecciones en abril de 2024 no logró calmar los ánimos de los ciudadanos.

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Su proyecto para llevar a cabo los comicios anticipados ya llegó al Congreso, pero su supervivencia en el poder se torna muy difícil. La mandataria no es una política tradicional y su gabinete está conformado en su totalidad por tecnócratas y ninguno de sus ministros actúa como operador político ante las fuerzas de oposición.

Fuente: lmneuquen.com; LaMovidaplatense.com.ar; VisionPolitica.info; CriticaArgentina.com.ar; NoticiasEnsenada.info