
Mariana Arce: "Estamos a dos minutos de una tragedia ambiental, tan grave cómo una crisis nuclear"
Los incendios en Argentina me llevan a reflexionar, hoy son cuatro los focos activos: en Corrientes, Entre Ríos, Formosa y Chubut.
¿Es posible prevenir hechos de tal magnitud?
Creo que la fuerza natural vence la mayoría de las pulseadas, pero la humanidad no puede vivir ajena a la prevención. Solo soy una amante de la naturaleza y por ende de todo lo que está y deseo continúe y se proyecte en más vida. Tengo mis ideales y mi afecto hacia un mundo en el cual los recursos naturales deben ser prioridad, lo mismo que su adecuado uso, ya que ellos nos garantizan y aseguran los productos esenciales necesarios para satisfacer nuestras necesidades básicas. Este criterio debe prevalecer tanto desde un punto de vista individual como colectivo. Por cada uno y por todos.
Hectáreas y hectáreas consumidas por el fuego. Incalculables pérdidas materiales, de animales y de bosques, me llevan a pensar en la gente. ¿Alguien se pregunta como es vivir con la angustia constante de estar rodeado por el peligro acechante y destructivo del fuego? apelando a la sensibilidad humana, espero que sí.
El 95% de los incendios en la Argentina está vinculado a la acción del hombre y es por eso que debemos enfocarnos en la prevención.
Por supuesto que no es posible descartar los factores climáticos, y su rol, como la falta de lluvias, las temperaturas elevadas, bajo porcentaje de humedad, heladas constantes y vientos fuertes, que sin ninguna duda también tienen gran incidencia en la propagación del fuego.
“Cuando se dan estas condiciones, debemos extremar las precauciones”. Concluye la abogada.
La intención de este artículo es reflexionar sobre el uso correcto de la naturaleza y todo el ecosistema que nos rodea. Los incendios en nuestro país son básicamente por falta de prevención, de planificación y de mal uso de nuestros recursos para extender la frontera agrícola o apetecibles negocios inmobiliarios.
El cambio climático es una realidad irrefutable y la Argentina sancionó la emergencia climática en el año 2018. Argentina es uno de los diez países del mundo que más masa forestal ha perdido en los últimos 20 años y es el séptimo país del mundo con mayor alertas por incendios.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados a nivel mundial nos invitan a reflexionar sobre la importancia del clima como así también sobre la pérdida de la biodiversidad y la constante degradación de tierras. Las metas y objetivos planteados deben ser ambiciosos y desafiantes.
Incumplirlos puede tener efectos irreversibles sobre el desarrollo de la flora, la fauna y los derechos humanos. Desde mi perspectiva y con una mirada humilde como una simple ciudadana amante de la naturaleza, creo que no existe solución sin un plan que haga énfasis en la prevención y en la educación para lograr detener y mitigar los nocivos e irreparables daños que está provocando el cambio climático en nuestra vida y hábitos.
No sólo es importante mantener el equilibrio de nuestro ecosistema por razones ecológicas sino porque, lo estamos viviendo, su constante desequilibrio, se traduce en pérdidas irrecuperables.
Argentina invierte poco y nada en prevención. Esa escasez de recursos empeora cuando el gobierno subejecuta partidas y el presupuesto destinado al control y mitigación de los problemas ambientales. Es imperiosa la necesidad de asignar más recursos y ser eficientes en la ejecución de los mismos
La concientización de la problemática y la atención social son importantes no sólo cuando las llamas están ardiendo, es importante mantener el foco y el interés sobre todo cuando el fuego se apaga y quedan las cenizas, la desesperación y las irreparables pérdidas.
Entender el problema nos ayuda a mancomunar esfuerzos para evitarlo y que no vuelva a repetirse.
El rol del estado es esencial en la custodia de la aplicación de las normativas existentes. No es un problema de falta de leyes sino de un aplicar y garantizar el cumplimiento de las ya existentes. Seguramente los incendios continuarán ocurriendo pero, si tomamos consciencia del problema y actuamos cuando las llamas se apagan, los efectos devastadores sobre la economía, la flora, la fauna y los seres humanos, serán cada vez menores y podremos vivir en armonía con la naturaleza que nos rodea.
Creo en la necesidad de un Estado activamente presente, ya sea en aplicación de leyes existentes como en la proyección de nuevas y más amplias normas de protección que incluyan la conservación del suelo, la fertilización para reponer los nutrientes que se extraigan para la producción de alimentos y una sensibilización que nos involucra de igual forma a todos.
Entiendo que hay hechos imposibles de prever, o que aun previéndolos no resulta factible evitarlos. Sin embargo, siempre, somos responsables de nuestras decisiones posteriores. Esas que nos definen para bien o para mal , por acción o por omisión.
Si las autoridades sospechan que el origen del fuego fue/es intencional. ¿Cuál es la acción entonces después de los hechos?