Todo estalló el 3 de diciembre de 2001, hace 21 años, con el decreto 1570.

Por más de tres años, los argentinos venían soportando la recesión más prolongada de la historia de su país. La pobreza había aumentado más del 12% durante ese período y el desempleo era récord, con tres de cada 10 trabajadores desempleados.

El gobierno de Fernando de la Rúa, que había asumido hace dos años, enfrentaba un durísimo dilema: gracias a una ley aprobada una década atrás, que ataba el valor de la moneda argentina -el peso- al dólar, la demanda por billetes verdes había superado ampliamente la capacidad del país sudamericano de generar esas divisas.

Con su economía estancada y un peso caro y poco competitivo, Argentina dependía cada vez más de la financiación extranjera: el 97% de su deuda externa era en dólares.

Preocupados por la asfixiante situación económica, muchos argentinos empezaban a desconfiar de la solidez del sistema y a enviar sus dólares a cuentas en el exterior, en particular a la vecina Uruguay.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

Con las reservas del Banco Central (BCRA) en caída, a mediados de 2001 De la Rúa pidió ayuda extra al Fondo Monetario Internacional (FMI), negociando una reestructura de su deuda.

Pero ante la creciente fuga de capitales y el descalabro económico, pocos meses después el FMI decidió suspender sus desembolsos, lo que provocó una corrida bancaria aún más masiva.

Fue en este contexto que el 3 de diciembre De la Rúa firmó el famoso decreto, ideado por su poderoso ministro de Economía, Domingo Cavallo -el "padre de la convertibilidad"-, para intentar frenar la sangría de dólares. La medida, que poco después sería bautizada como el "corralito", impuso restricciones a la extracción de depósitos bancarios.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

A los argentinos se les permitió sacar un máximo de 250 pesos o dólares en efectivo a la semana de sus cuentas, una cifra que no cubría el ingreso mayoritario de la población en ese momento. También se prohibieron las transferencias de dinero al exterior.

Aunque las transferencias electrónicas estaban permitidas, en ese momento solo el 1% de las transacciones se realizaban a través de tarjetas de débito o crédito, por lo que el decreto paralizó el comercio y dejó al vasto sector informal de la economía sin posibilidades de subsistir.

El "corralito" fue la gota que rebalsó el vaso para una población que llevaba años sufriendo.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

Comenzaron a producirse estallidos sociales y saqueos. Cientos de personas se agolparon en las puertas de los bancos, golpeando sus cacerolas y reclamando que les devolvieran su dinero.

Las protestas se fueron caldeando.

La tensión alcanzó su cúspide el 19 de diciembre, cuando De la Rúa anunció por televisión el estado de sitio. Eso encendió el enojo popular aún más, y miles de personas fueron hasta la Casa Rosada, la sede gubernamental, al grito de "¡Que se vayan todos!".

Las fuerzas de seguridad respondieron con violencia. Entre el 19 y el 20 de diciembre murieron 39 personas en las manifestaciones.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

Finalmente, el mandatario huyó en helicóptero y presentó su renuncia, abriendo una crisis política e institucional que llevaría al nombramiento de cuatro presidentes en menos de dos semanas.

También llevó, a comienzos de 2002, al final de la paridad entre el dólar y el peso, y a la "pesificación" de los depósitos en dólares, lo que provocó una severa devaluación que hizo que se disparara la pobreza, que llegó a hundir a dos de cada tres argentinos.

En tanto, el país también dejó de pagar su deuda externa, declarando lo que en ese momento fue el default más grande de la historia, de US$144.000 millones.

De nuevo en crisis

Aunque han pasado 21 años, para los argentinos "la crisis de 2001" sigue siendo un recuerdo muy fresco, más aún en estos últimos tres años en los que se vivió un nuevo período de recesión económica y devaluación del peso, agravados por la pandemia.

Si bien en 2021 Argentina ha vuelto a crecer -el gobierno estima que el PIB aumentará un 5% este año, junto al 10% que creció el año pasado) recuperando los niveles de 2017- algunos barómetros económicos son aún peores que hace dos décadas.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

Otro índice que hoy está peor que cuando estalló la crisis es el de la pobreza, que en la actualidad afecta a entre el 42% y la mitad de la población, según diversas mediciones oficiales (a finales de 2001 era un poco superior al 35%)

Pero a pesar de todo esto, no ha habido otro estallido ni corridas bancarias, y tampoco existe la percepción de que Argentina esté al borde de una debacle similar a la de comienzos de siglo.

Por un lado, porque hoy hay más estabilidad política: aunque a muchos les preocupan las crecientes tensiones en el seno de la coalición gobernante entre el presidente Fernández y su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, lo cierto es que en la actualidad no se vislumbra una crisis institucional.

Tampoco está el corsé económico de la convertibilidad, con su tipo de cambio fijo.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

Pero además, el país ha hecho algunas modificaciones que harían más improbable que se repitan los sucesos más traumáticos de la historia reciente argentina.

Aquí te contamos de tres cambios que son clave.

1. Nuevas reglas y controles

En 2001 los bancos argentinos tenían muy pocas limitaciones a la hora de prestar dólares. Según el economista Martin Vauthier, de la consultora financiera Anker Latinoamérica, los préstamos en moneda estadounidense equivalía a cerca del 80% de los depósitos en esa moneda.

Por eso, cuando los ahorristas quisieron retirar su dinero, las instituciones financieras simplemente no tenían los fondos necesarios para hacer frente a esa demanda. Pero tras la crisis se impusieron fuertes limitaciones a los préstamos en dólares que hicieron que hoy el sistema financiero en esa moneda sea mucho más sólido de lo que era hace dos décadas.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

En 2002 se sancionó una ley que obliga a contar con un respaldo de reservas en dólares en el Banco Central para poder prestar esa moneda. Los llamados "encajes bancarios" obligan a las instituciones financieras a mantener inmovilizado un porcentaje del dinero que depositan los ahorristas en cajas de ahorro o plazos fijos, para poder hacer frente a los retiros de efectivo por parte del público.

Pero además hay otro cambio clave: los bancos solo pueden prestar dólares a quienes generen ingresos en esa moneda (principalmente los exportadores). La consecuencia -dice Vauthier- es que hoy los préstamos representan apenas el 20% del total de los depósitos en moneda estadounidense, por lo que el 80% está disponible para retiros.

Esto garantiza la "liquidez" del sistema y deja a los bancos mejor preparados para enfrentar posibles corridas (sacar los depósitos de forma masiva), explica el economista a BBC Mundo. Por otra parte, actualmente el gobierno mantiene muchos más controles sobre el acceso al preciado billete verde.

Los ahorristas argentinos pueden comprar solo US$200 por mes -una limitación que los locales llaman un "cepo cambiario"- y, además, deben pagar tasas del 65% por encima del valor oficial del dólar. Las empresas que necesitan la moneda estadounidense para pagar importaciones o repartir ganancias en el exterior deben tener la aprobación del BCRA.

Aunque estos controles han llevado a otros problemas económicos -como el de la llamada "brecha" de precios entre la cotización del dólar oficial y el del mercado paralelo, que hoy vale el doble- lo cierto es que evitan muchos de los problemas que llevaron al "corralito". No obstante, incluso con cepos cada vez más fuertes, Argentina hoy está alcanzando niveles de reservas preocupantemente bajos.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

2. Ahorros a prueba de "corralitos"

Más allá de estas medidas estatales y limitaciones a los bancos, los propios argentinos se han asegurado de tomar medidas para evitar que sus ahorros queden atrapados nuevamente, si hubiera otro "corralito".

Aunque muchos siguen optando por el viejo método de guardar el dinero bajo el colchón o escondidos en sus casas, el miedo a un asalto ha llevado un gran número a volver a los bancos, pero de una manera más "segura" para ellos. En vez de depositar sus dólares en cuentas bancarias, los ponen en cajas de seguridad que ofrecen esas mismas instituciones financieras. De esta forma el dinero está protegido por el banco, pero queda fuera del sistema financiero, ya que estos cofres son considerados legalmente propiedad privada.

Aunque no hay una cifra oficial, el medio digital iProfesional investigó el tema en 2020 y concluyó que hay entre 1,1 y 1,2 millones de cajas de seguridad en bancos, y otras 25.000 en "empresas no bancarias".

El mismo medio resaltó que la cantidad de cofres se duplicó en los últimos seis años, cuando empezaron a surgir los actuales problemas económicos, que se fueron agudizando.

"La demanda de cajas de seguridad en la Argentina es inversamente proporcional a la estabilidad económica", observó el periodista Claudio Zlotnik, autor de la investigación. A la vez, cuantas más cajas de seguridad se usan, menos dinero hay dentro del sistema financiero.

Mientras que a comienzos de 2001, antes de que empezaran las corridas, los depósitos en dólares del sector privado superaban los US$50.000 millones, hoy rondan los US$16.000 millones, según Vauthier.

Aunque la ley no permite al Estado ordenar la apertura de las cajas de seguridad, a menos que haya una orden judicial, en tiempos de crisis suelen correr rumores de que el gobierno podría reformar la ley para tener esa potestad, algo que las autoridades siempre han negado.

3. La red de asistencia social

Más allá de lo financiero, la crisis de 2001 también llevó a la creación de una red de contención económica para los sectores más vulnerables, que -por lo menos por ahora- ha logrado evitar nuevos estallidos y saqueos como los de 2001, a pesar de que la pobreza actual es aún mayor que entonces. Antes de 2001 sólo existían unos pocos programas de asistencia económica estatal, pero tras la debacle se fueron ampliando los "planes sociales", como los llaman los argentinos.

Los gobiernos de Eduardo Duhalde (2002-2003) y de Néstor Kirchner (2003-2007) crearon programas de transferencias de dinero a cambio de contraprestaciones para quienes no tenían trabajo.

El 3 de diciembre de 2001, la dupla De La Rua - Cavallo impuso el cepo más grande de la historia

Gracias a esta red de contención estatal, la pobreza aumentó menos en 2020-2021 que en 2001-2002, a pesar de que la caída del Producto Interno Bruto (PIB) fue similar. La ayuda social también hizo que aumente la escolarización y la vacunación de niños, dos de los requisitos para recibir la AUH.

La crisis del corralito marcó a fuego a una generación de Argentinos que desconfían de sus bancos, del estado y principalmente de su moneda. El peor legado es el social, luego de 21 años, el sube y baja argentino parece haber puesto al país nuevamente al borde del abismo.